Esta es sin duda una de las citas más temidas por los conductores, sobre todo cuando nuestro coche ya tiene unos años y kilómetros a cuestas.
Antes de nada decir que la ITV es un trámite fundamental para valorar el estado de un vehículo y que consta de un examen que se realiza en un centro oficial por un profesional autorizado con el objetivo de asegurar que nuestro vehículo reúne los requisitos mínimos legales para llevar a cabo una conducción segura minimizando así el riesgo de accidentes por motivos derivados de un fallo técnico.
Para que nuestra cita sea mucho más llevadera vamos con una serie de consejos.
Comprueba las luces: posición, cruce, largas, matricula, marcha atrás, intermitentes, freno y antiniebla. Si tu vehículo tiene alumbrado Xenon debes comprobar que funcionan los lava faros.
Comprueba que las escobillas de los limpiaparabrisas se encuentran en buen estado.
Debemos comprobar los niveles de aceite y te recomendamos cambies los filtros antes de la prueba.
Los muelles de suspensión no superarán la ITV si están desgastados u oxidados, los puedes comprobar haciendo botar varias veces la carrocería, si vuelve a su estado están bien, si sigue botando quiere decir que los amortiguadores están en mal estado.
Comprueba la presión de los neumáticos según la recomendación del fabricante y revisa el dibujo deberá tener una profundidad mínima de 1,6 mm.
Y por supuesto los frenos deben funcionar de manera correcta, el de mano deberá bloquear el coche en una cuesta muy inclinada y el de pedal debe detener el coche sin hacerlo vibrar.
Debes cuidar otros factores generales como la limpieza del vehículo, siempre causará mejor imagen al técnico un coche cuidado y en buen estado que no otro.
Además te ayudará a pasar la ITV llevar toda la documentación la tarjeta de Inspección Técnica del Vehículo, el permiso de circulación, el pago del impuesto municipal y el último recibo del seguro.
Si solicitas cita previa todo será más fácil y rápido, seguro te evitas alguna espera.
¡Suerte!