El automovilismo ha llegado a una tecnificación enorme, difícil de imaginar a finales del siglo XIX cuando empezaron a celebrarse las primeras carreras de coches.
El 22 de julio de 1894 se celebró la que se considera la primera o una de las primeras carreras de coches. Se disputó entre las ciudades de París y Rouen con una distancia de 127 km y se conoció como la Carrera de Carruajes sin Caballos (Concours des Voitures sans Chevaux), organizada por Pierre Giffart, periodista de Le Petit Journal. El anuncio de la competición creó tal expectativa que llegaron a presentarse 102 inscripciones, se realizaron una serie de s eliminatorias, el 22 de julio de 1894 tan sólo 21 de los 102 vehículos que se presentaron (13 de ellos utilizaban motor de combustión).
Viendo el resultado final, más que una carrera fue una exhibición, ya que a la hora de otorgar los premios los criterios que más se tuvieron en cuenta fueron: que el vehículo no fuera peligroso, que fuera fácil de manejar y que fuera relativamente barato.
En un principio el vencedor había sido el conde Albert de Dion, pero como no se trataba de una carrera de velocidad, Panhard & Levassor y los hermanos Peugeot fueron quienes, finalmente, compartieron el primer premio, ya que ambos vehículos, equipados con motores de Daimler, fueron considerados los más fáciles de conducir. El premio fue de 5000 francos franceses.
Así fue como el defraudado conde De Dion decidió organizar un año más tarde la primera competición automovilística de la historia. La París – Burdeaux – París, se celebró en junio de 1895 sobre una distancia de 1200 km., el ganador invirtió 48 horas y 42 minutos a una media de 25km/h y fue Émile Levassor en un automóvil Panhard et Levassor.
A partir de entonces las carreras se fueron organizando con más regularidad a lo largo de todo el mundo hasta llegar a las que hoy conocemos… Pero esa es otra historia.
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