
Año tras año las estadísticas nos dicen que se producen miles de accidentes de tráfico con víctimas o daños materiales relacionados con los animales. Por ello debemos extremar las precauciones y los cuidados cuando viajemos con nuestras mascotas.
Podemos encontrarnos con tres situaciones de riesgo: animales sueltos por la vía, sin control, por abandono o pérdida; animales que circulan con su dueño, como peatón y animales que viajan en el vehículo.
De estas tres situaciones sobre la que más control podemos tener es cuando los animales viajan en el propio vehículo. Un animal no debe estar nunca suelto en el interior de nuestro coche, aumenta la distracción del conductor, puede interferir en los sistemas de conducción (pedales, cambio de marchas…) y produce daños en el resto de ocupantes del vehículo en caso de frenazo o colisión.
Los animales deben ir sujetos con algún sistema de retención en el vehículo, hay que optar por los homologados mediante normas europeas. Según el tipo de mascota, peso y tamaño podemos optar por distintos métodos como son: arneses, rejillas divisorias o transportines.
Si se trata de animales pequeños lo mejor es llevarlos en transportines en el suelo de las plazas traseras, detrás de los asientos. Nunca debemos llevar los transportines sobre nuestras piernas, en caso de accidente podrían impactar contra los asientos delanteros. Los animales de mayor tamaño deben viajar en el maletero, separados por una rejilla.
Además debemos tener en cuenta otra serie de recomendaciones:
- Evitar el nerviosismo, estrés, ansiedad de nuestros animales parando de vez en cuando en un área de servicio.
- Llevar la comida y el agua de nuestras mascotas, además de alguno de sus juguetes.
- Protege la tapicería con una manta.
- Impide que el animal viaje con la cabeza asomada por la ventanilla.
Y recuerda su seguridad es nuestra seguridad.
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