
Los motores utilizan para su funcionamiento combustibles fósiles que generan la emisión de gases contaminantes a la atmósfera, contienen dióxido de carbono (CO2), monóxido de carbono (CO), óxido de nitrógeno (NOx), hidrocarburos no quemados (HC), compuestos de plomo, anhídrido sulfuroso y partículas sólidas..
Estas sustancias nocivas no solo se encuentran en el exterior del vehículo, en el interior de nuestro coche pueden llegar a ser hasta seis veces mayores que fuera. Como consecuencia provocan irritación de nariz, tos, alergia, escozor en los ojos, dolor de cabeza…
La contaminación, además de contribuir al calentamiento global, provoca problemas en la salud.
Cómo podemos contaminar menos con nuestros vehículos:
- Controlar la presión de los neumáticos, si están desinflados pueden incrementar el gasto de combustible en un 3%.
- Utilizar la calefacción y aire acondicionado con moderación, puede aumentar el consumo de nuestro coche en un 20%.
- Tener a punto nuestro coche con el mantenimiento adecuado.
- No acelerar en exceso al arrancar el coche.
- Respetar los límites de velocidad, a menor velocidad menor consumo, por tanto menor contaminación.
- Puntos de revisión para evitar contaminar:
- Comprobar cada cierto tiempo el funcionamiento del catalizador, encargado de reducir al máximo los gases tóxicos que el coche emite a la atmósfera. Se trata de una especie de “filtro” que se va deteriorando con el tiempo. Se recomienda cambiarlo aproximadamente cada 100.000 kilómetros.
- Comprobar el estado del tubo de escape con un simple vistazo: confirma que no está oxidado ni tiene manchas negras. Además, si hay roturas, lo usual es que produzca un ruido fuerte y característico.
- Revisar las bujías y los filtros.
- Si el aceite del motor es viejo, las emisiones de gases contaminantes.
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